ENERO 2010


Cuando el 28 de diciembre le comunicaba a un vecino del Barrio Parque Hermoso que había fuertes rumores dentro del Palacio Municipal y del Concejo Deliberante que daban cuenta que no iban a permitir que se instalara otro boliche en la colectora y Barcala, el vecino dudó, no creyó, y hasta pensó que le estaba haciendo una broma por el Día de los Inocentes.
Es que los últimos 6 años de gestión hubo varios motivos para que la gente desconfiara de sus gobernantes (a nivel nacional, provincial) y sobre todo a nivel distrital.
“Hasta que no lo veamos, no lo creemos”, me decía otra vecina en el recinto antes que comenzara la sesión que dejó en clara la voluntad de NO APROBAR LA INSTALACION DEL BOLICHE.
Por supuesto que esto se fue viendo reflejado en los resultados de las elecciones de los últimos años. La desconfianza de los vecinos de Parque Hermoso/Sumampa no ha sido un hecho aislado.
Me trae a la memoria un viejo cuento: “Un anciano llama a sus dos hijos en su lecho de muerte y les dice: acá tienen 1 tabla y 10 clavos cada uno. Por cada mala acción que cometan, claven un clavo y cuando terminen vengan a verme.
El más pícaro de los hermanos vuelve al rato con la tabla y sus 10 clavos en ella, mientras que el otro demoraba y volvió con 2 clavos en la suya. Esperan al hermano mayor y al rato reciben otra orden: Vayan y cometan una buena acción, por cada una saquen un clavo, cuando terminen, vuelvan que voy a darles mi veredicto.
También enseguida volvió el más pícaro con la tabla libre de clavos. El anciano entonces le dio su herencia al hermano mayor, y cuando el pícaro se quejó, le replicó: Vos tuviste la misma cantidad de buenas acciones que tu hermano, pero tu tabla es la más agujereada y eso quedará así por siempre”.
Ocurre que un gobierno municipal, por las mañas, las tentaciones, el desgaste, incurre en un descreimiento por parte de sus gobernados. Recién cuando ve que el resultado en las urnas lo puede perjudicar, comienza a cambiar el rumbo, seguramente para bien. También ocurre que sus gobernados ya no le creen, y esa situación es muy difícil de revertir.
También es cierto que Descalzo nunca ganó por un 80% así que tiene una cantidad importante de votantes “potenciales”, o sea gente que nunca lo votó por equis motivo, que a lo mejor desalentada por las contradicciones, encuentros y desencuentros de los candidatos de la oposición, sí lo votaría para el 2011.
Pero aunque esté tan mencionada esta próxima alternativa electoral, nunca tan lejos de la intención de la gente está el ir viendo quién será su próximo intendente a partir de la próxima.
El tiempo se abre entonces a un amplio (nunca tanto) abanico de manifestaciones políticas en este Concejo Deliberante actual (en el caso de los nuevos) para ganarse la confianza del vecino común durante este año y medio y para los concejales que intenten representar algunas de las opciones peronistas en Ituzaingó, recuperar la confianza que ha perdido la administración Descalzo en su pueblo.
Según el saber popular: "Confianza es el sentimiento de poder creerle a alguien, incluso cuando sabemos que mentiríamos en su lugar"

Daniel Jorge Galst